dimarts, 8 de maig del 2012
En Roc.
Hi havia una vegada, en un poblat indi americà, un petit indi que
es deia Roc. El seu pare, era el cap de la tribu, un home molt
respectat, no nomes en el seu poblat sino també en tot l’estat.
En Roc era un noi tranquil al qui li encantava la natura, no tenia
clar si volia seguir els pasos del seu pare, ja que no li agradava la
guerra.
Cada nit, abans d’anar-se’n a dormir, el seu pare li explicava
histories (algunes inventades) i ventatges de ser el cap de la
tribu, això feia dubtar al petit indi.
El seu pare, tot content i il·lusionat, explicava al seu grup
d’amics, que en Roc seria el pròxim cap de la tribu, que seria el
més brau de tots el temps.
Un dia, en Roc estaba passejant pel poblat, i la gent, el va
començar a felicitar, ja que sabien que seria el nou cap.
Al Roc no li va agradar la idea de que tothom donés per supossat
que seria el nou cap de la tribu, ell volia ser pescador. Molt
enfadat, va creuar tot el poblat per arribar a casa. La gent que el
va veure tornant emprenyat a casa, van pensar que seria un bon
cap de la tribu ja que tenia carácter.
En Roc sabia el que li anava a dir al seu pare, però tenia por
de la reaccio que pugués tenir aquest, ja que inclús pensaba que
el podía desterrar-lo.
En Roc li diu que ell no vol seguir el seus pasos, ja que no li
agrada la guera i no vol lluitar contra l’home blanc(cowboys).
El pare s’enfada i li diu que és un mal fill i que tant debó fos com
el fill del cap de la tribu del costat.
Davant dels crits, la mare abraça al Roc i calma al pare.
Dos anys després, el pare d’en Roc mor, i en Roc decideix ser el
cap de la tribu.
"Contes per anar a dormir"
.mmandarina
diumenge, 29 de gener del 2012
Guantánamo? Si, segur...
Guantánamo, los campamentos de verano.
No hay nada que de niño deplorara tanto como los campamentos de verano. Era terrible. Es algo que nunca le he perdonado a mi madre. La estética hippy y el concepto paramilitar. Las siniestras cantinas y sus gastronomías de orfanato. Los sacos de dormir, los monitores de aspecto poco aseado, de estrambóticas ideas y con un muy pronunciado sentido de la temeridad.
Las "colonias" o los "campamentos" o las "acampadas" son maneras muy poco responsables de aparcar a tu hijo. Es una frivolidad confiarle a un chico de 18 o de 20 años la integridad de una criatura de 5 o de 9. Además, ninguna idea de la civilización culta y ordenada progresa en estos campamentos de verano: ningunas maneras sociales, ningún refinamiento, ningún deseo de mundo mejor.
Ser padres es una totalidad. Somos responsables de la seguridad de nuestros hijos y también de su sistema de fascinaciones. Si el premio para tu hijo es una acampada o una bicicleta, esto es lo que esperará del mundo, y en este tipo de ambientes es donde siempre será feliz y donde siempre querrá volver.
Somos responsables del sistema de fascinaciones de nuestros hijos. Si les llevamos a campamentos se acostumbrarán a la manera de vivir y de relacionarse que en los campamentos se propaga. Se acostumbrarán a la estética del cámping y del vaso de plástico.
Ser padres es también saber educar en sentido del ocio de tus hijos durante las vacaciones. Ser padre es saberle mostrar el mundo y sus maravillas, para que lo antes posible tu hijo entienda para qué tiene que luchar por ganarse la vida. Hay que hacer el esfuerzo de mostrarles a los niños todas las maravillas. No para atiborrarlos de lujo como animalillos consentidos sino para que sepan que existen y para que las aprendan a buscar y a conseguir. De eso se trata vivir.
La experiencia de los campamentos, de las colonias o de los “caus” -tan dramáticamente populares en Cataluña- tiene como fin de trayecto una moral 15-M, y su estética. Tal vez haya padres que con eso se sientan satisfechos, y naturalmente tienen derecho a educar a sus hijos como juzguen conveniente.
Pero yo espero algo más de la vida, francamente, algo más serio y más bello, más estructurado y convincente. Espero algo más tenso y trascendente. No pienso llevar jamás a mi hija a uno de estos campamentos si no es como un castigo. No quiero que se piense que es normal cenar con manteles de plástico o servilletas de papel, no quiero que vea razonable la estética de los shorts y de las bambas.
No creo que la convivencia que se fomenta en este tipo de campamentos sea la más adecuada, ni pienso que lo que se valore de la personalidad de cada cual sean rasgos que a una persona de orden le puedan parecer aceptables. Somos responsables del sistema de fascinaciones de nuestros hijos. Tenemos que enseñarles las maravillas para que aspiren a ellas, y no una tienda de campaña o un saco de dormir para que aprendan, ya de bien pequeños, a conformarse con nada.
Las vacaciones que tienen los niños son excesivas y podrían estudiar un poco más y un poco mejor, en lugar de perder el tiempo –y a veces hasta la vida- en un tipo de actividad tan simple y automática. Con menos vacaciones tal vez aprenderían algo más de lo que aprenden ahora y podrían llegar a la universidad sin ser tan ignorantes.
Si durante las vacaciones que tuvieran, de como mucho un mes, sus padres se ocuparan de educarles en lugar de abandonarles en campamentos y otras casas, seguro que además llegarían a adultos con mucha más autoexigencia y muchas más ganas de comerse el mundo, porque ya sabrían desde hace tiempo lo bueno que está.
No hay nada que de niño deplorara tanto como los campamentos de verano. Era terrible. Es algo que nunca le he perdonado a mi madre. La estética hippy y el concepto paramilitar. Las siniestras cantinas y sus gastronomías de orfanato. Los sacos de dormir, los monitores de aspecto poco aseado, de estrambóticas ideas y con un muy pronunciado sentido de la temeridad.
Las "colonias" o los "campamentos" o las "acampadas" son maneras muy poco responsables de aparcar a tu hijo. Es una frivolidad confiarle a un chico de 18 o de 20 años la integridad de una criatura de 5 o de 9. Además, ninguna idea de la civilización culta y ordenada progresa en estos campamentos de verano: ningunas maneras sociales, ningún refinamiento, ningún deseo de mundo mejor.
Ser padres es una totalidad. Somos responsables de la seguridad de nuestros hijos y también de su sistema de fascinaciones. Si el premio para tu hijo es una acampada o una bicicleta, esto es lo que esperará del mundo, y en este tipo de ambientes es donde siempre será feliz y donde siempre querrá volver.
Somos responsables del sistema de fascinaciones de nuestros hijos. Si les llevamos a campamentos se acostumbrarán a la manera de vivir y de relacionarse que en los campamentos se propaga. Se acostumbrarán a la estética del cámping y del vaso de plástico.
Ser padres es también saber educar en sentido del ocio de tus hijos durante las vacaciones. Ser padre es saberle mostrar el mundo y sus maravillas, para que lo antes posible tu hijo entienda para qué tiene que luchar por ganarse la vida. Hay que hacer el esfuerzo de mostrarles a los niños todas las maravillas. No para atiborrarlos de lujo como animalillos consentidos sino para que sepan que existen y para que las aprendan a buscar y a conseguir. De eso se trata vivir.
La experiencia de los campamentos, de las colonias o de los “caus” -tan dramáticamente populares en Cataluña- tiene como fin de trayecto una moral 15-M, y su estética. Tal vez haya padres que con eso se sientan satisfechos, y naturalmente tienen derecho a educar a sus hijos como juzguen conveniente.
Pero yo espero algo más de la vida, francamente, algo más serio y más bello, más estructurado y convincente. Espero algo más tenso y trascendente. No pienso llevar jamás a mi hija a uno de estos campamentos si no es como un castigo. No quiero que se piense que es normal cenar con manteles de plástico o servilletas de papel, no quiero que vea razonable la estética de los shorts y de las bambas.
No creo que la convivencia que se fomenta en este tipo de campamentos sea la más adecuada, ni pienso que lo que se valore de la personalidad de cada cual sean rasgos que a una persona de orden le puedan parecer aceptables. Somos responsables del sistema de fascinaciones de nuestros hijos. Tenemos que enseñarles las maravillas para que aspiren a ellas, y no una tienda de campaña o un saco de dormir para que aprendan, ya de bien pequeños, a conformarse con nada.
Las vacaciones que tienen los niños son excesivas y podrían estudiar un poco más y un poco mejor, en lugar de perder el tiempo –y a veces hasta la vida- en un tipo de actividad tan simple y automática. Con menos vacaciones tal vez aprenderían algo más de lo que aprenden ahora y podrían llegar a la universidad sin ser tan ignorantes.
Si durante las vacaciones que tuvieran, de como mucho un mes, sus padres se ocuparan de educarles en lugar de abandonarles en campamentos y otras casas, seguro que además llegarían a adultos con mucha más autoexigencia y muchas más ganas de comerse el mundo, porque ya sabrían desde hace tiempo lo bueno que está.
Ara m'agrada més!
Un entusiasme sospitós...
Els reconeixereu perquè pringuen totes les tardes de dissabte als caus muntant gimcanes, perden els caps de setmana fent excursions i malgasten la Setmana Santa sencera i quinze dies de juliol anant de campaments. I tot sense cobrar res i amb una passió que no pot ser bona per a la salut.
La broma fa dècades que dura, i no són quatre sonats, es tracta d'uns quants milers. S'ha procurat fer burla d'ells com a xirucaires idiotitzats, se'ls ha fet saber que s'han acabat les utopies i que la gràcia d'avui dia és ser famós, però ells insisteixen que no. Són especialment pesadets amb la idea d'anar a la muntanya i educar en el lleure, assumeixen responsabilitats i ens donen lliçons als pares sobre coses tan antiquades com desconnectar, conviure i madurar. I a sobre se'ls veu feliços, i -el que és pitjor- a la canalla que cuiden, també. Això els fa poc integrables a la societat, perquè el que es porta és no fotre res i fer cara d'estressat, i no pas passar-te el dia organitzant coses amb un somriure.
L'administració els dóna l'esquena i els nega el dret a fer servir les escoles públiques (perfectament desaprofitades els dissabtes) per intentar que s'ofeguin en petits locals d'entitats que sovint són literalment uns caus, però ni així pleguen. Els mitjans de comunicació tenim a punt el protocol del linxament mediàtic i exigència de responsabilitats a la mínima que algun grup es perd al bosc, però ells allà, valents.
Les tècniques de captació de nous membres són terriblement sofisticades. Per culpa d'un mètode estranyíssim anomenat seguir l'exemple (oi que sona carca?), molts nens d'esplai s'acaben assemblant als seus monitors, i volen ser castellers, diables o voluntaris d'oenagés. I com que el moviment es renova, costa etiquetar-los de gent poc moderna, perquè viuen al dia i s'adapten als nous temps.
Si almenys tant d'esforç fos al servei d'una secta destructiva, s'entendria, i algun actor de Hollywood els donaria suport. Però no, no són cap secta i la seva voluntat és totalment constructiva (ai, uix, quin concepte més passat de moda). Són tota una anomalia en els ambients derrotistes i les societats decadents. Algú els hauria d'aturar abans que se'ls acudeixi canviar el món de veritat.
-Carles Capdevila, Avui+, 30 Maig 2007
Els reconeixereu perquè pringuen totes les tardes de dissabte als caus muntant gimcanes, perden els caps de setmana fent excursions i malgasten la Setmana Santa sencera i quinze dies de juliol anant de campaments. I tot sense cobrar res i amb una passió que no pot ser bona per a la salut.
La broma fa dècades que dura, i no són quatre sonats, es tracta d'uns quants milers. S'ha procurat fer burla d'ells com a xirucaires idiotitzats, se'ls ha fet saber que s'han acabat les utopies i que la gràcia d'avui dia és ser famós, però ells insisteixen que no. Són especialment pesadets amb la idea d'anar a la muntanya i educar en el lleure, assumeixen responsabilitats i ens donen lliçons als pares sobre coses tan antiquades com desconnectar, conviure i madurar. I a sobre se'ls veu feliços, i -el que és pitjor- a la canalla que cuiden, també. Això els fa poc integrables a la societat, perquè el que es porta és no fotre res i fer cara d'estressat, i no pas passar-te el dia organitzant coses amb un somriure.
L'administració els dóna l'esquena i els nega el dret a fer servir les escoles públiques (perfectament desaprofitades els dissabtes) per intentar que s'ofeguin en petits locals d'entitats que sovint són literalment uns caus, però ni així pleguen. Els mitjans de comunicació tenim a punt el protocol del linxament mediàtic i exigència de responsabilitats a la mínima que algun grup es perd al bosc, però ells allà, valents.
Les tècniques de captació de nous membres són terriblement sofisticades. Per culpa d'un mètode estranyíssim anomenat seguir l'exemple (oi que sona carca?), molts nens d'esplai s'acaben assemblant als seus monitors, i volen ser castellers, diables o voluntaris d'oenagés. I com que el moviment es renova, costa etiquetar-los de gent poc moderna, perquè viuen al dia i s'adapten als nous temps.
Si almenys tant d'esforç fos al servei d'una secta destructiva, s'entendria, i algun actor de Hollywood els donaria suport. Però no, no són cap secta i la seva voluntat és totalment constructiva (ai, uix, quin concepte més passat de moda). Són tota una anomalia en els ambients derrotistes i les societats decadents. Algú els hauria d'aturar abans que se'ls acudeixi canviar el món de veritat.
-Carles Capdevila, Avui+, 30 Maig 2007
Gent desagradable...
En un avió...
Una dona blanca, d'uns 50 anys, va arribar al seu lloc assignat i va veure que estava al costat d'un passatger negre. Visiblement molesta, va cridar l'hostessa.
"Quin és el problema, senyora?" Preguntà aquesta a la passatgera.
"Però que no ho veu?" - Va dir la dona - "Vostè m'ha assegut al costat d'un negre. No puc estar al seu costat. Vostè m'ha de donar un altre seient.
"Siusplau, calmis" - va dir l'hostessa - "Per desgracia, tots els seients estan ocupats, però vaig a veure si encara ens en queda algun.
L'hostessa surt i torna uns minuts més tard.
"Senyora, com li he dit, no hi ha cap seient lliure en aquesta classe. He parlat amb el capità i m'ha confirmat que efectivament no n'hi ha. Únicament tenim un seient lliure a primera classe." - Abans de que la dona fes cap altre comentari, va prosseguir - "Miri, es inusual per a la nostra empresa permetre que un passatger passi a primera classe. Encara així, donades les circumstàncies, el capità creu que no seria adequat obligar a un passatger a viatjar al costat d'una persona desagradable." - I dirigint-se a l'home negre, l'hostessa va dir - "Així que, Senyor, si vostè vol ser tan amable d'agafar el seu equipatge de mà, li hem reservat un seient a primera classe."
Tots els passatgers, que sorpresos estaven atents a l'escena, van començar a aplaudir, alguns aixecats.
Una dona blanca, d'uns 50 anys, va arribar al seu lloc assignat i va veure que estava al costat d'un passatger negre. Visiblement molesta, va cridar l'hostessa.
"Quin és el problema, senyora?" Preguntà aquesta a la passatgera.
"Però que no ho veu?" - Va dir la dona - "Vostè m'ha assegut al costat d'un negre. No puc estar al seu costat. Vostè m'ha de donar un altre seient.
"Siusplau, calmis" - va dir l'hostessa - "Per desgracia, tots els seients estan ocupats, però vaig a veure si encara ens en queda algun.
L'hostessa surt i torna uns minuts més tard.
"Senyora, com li he dit, no hi ha cap seient lliure en aquesta classe. He parlat amb el capità i m'ha confirmat que efectivament no n'hi ha. Únicament tenim un seient lliure a primera classe." - Abans de que la dona fes cap altre comentari, va prosseguir - "Miri, es inusual per a la nostra empresa permetre que un passatger passi a primera classe. Encara així, donades les circumstàncies, el capità creu que no seria adequat obligar a un passatger a viatjar al costat d'una persona desagradable." - I dirigint-se a l'home negre, l'hostessa va dir - "Així que, Senyor, si vostè vol ser tan amable d'agafar el seu equipatge de mà, li hem reservat un seient a primera classe."
Tots els passatgers, que sorpresos estaven atents a l'escena, van començar a aplaudir, alguns aixecats.
Subscriure's a:
Missatges (Atom)